sábado, 18 de agosto de 2007

Sociedades secretas

Reflexionar en torno al secreto y las sociedades secretas es algo muy apasionante. Saber con quién se está interactuando, es la primera condición para tener una conversación algo prolongada, lo cual reafirma nuestra seguridad ontológica respecto al entorno social inmediato, aunque en la práctica, nunca se pueda conocer al otro fielmente, respecto de sus pensamien­tos y emociones.

De esta forma, el secreto se caracteriza por poseer un alto contenido social, el cual va a concebirse especial y más subterráneamente, en las ya célebres y conocidas, aunque superficialmente por todos, sociedades secretas.

El interés por conocer las sociedades secretas en su entramado, se explica, ya que desde siempre lo desconocido sumado a lo prohibido ha sido de un atractivo para el hombre. Sin embargo, más allá de lo contradictorio que conocemos respecto de las sociedades secretas, estas se caracterizan por construir y manejar con alta fluidez una extensa gama de símbolos y lenguajes comunicativos, reciprocidad y confianza, lo cual cristaliza una sociabilidad casi familiar entre sus integrantes, la cual es desconocida por muchos. Al interior de estas, las relaciones van construyéndose sobre la base de un saber mutuo, en donde unos saben algo de los otros, ya sea en su actuar trasgresor, a la hora de un ritual o personalmente, respecto a su intimidad individual o familiar.

Muchos grupos, ya sea fraternidades, mafias, pandillas o tribus urbanas pueden ser consideradas como sociedades secretas.

Entre las más destacadas sociedades secretas, aunque de disímil finalidad, conformación y accionar, podemos encontrar a la mafia siciliana de Chicago de los años veinte y treinta con Al Capone a la cabeza. Á diferencia de este grupo en particular, aunque no son recientes, hoy por hoy, podemos identificar al opus dei y a la masonería, en el cual sus miembros no están ocul­tos, sino que permanece oculta su finalidad como sociedad secreta y sus prácticas cotidianas. Por lo demás, para estos últimos el secreto ha servido intencional e inteligentemente como enganche de “publicidad” para posteriores averiguaciones y divulgación respecto de las mismas.

Por lo demás, las denominadas tribus urbanas igualmente contienen en su engranaje el secreto como un elemento de suma relevancia, esto a razón de la construcción de un “segundo mundo” o “imaginario subterráneo” el cual se caracteriza por el apartamiento de las reglas acatadas por la generalidad, realización de rituales y pactos de honor, algo invisible e incomprensible sobre todo para aquellos que no quieren ver ni interiorizarse en la “armonía conflictiva” de dichas tribus.

De esta forma para muchos, las sociedades secretas, irracionales, místicas, sentimentales, violentas o como se les quiera catalogar, quiérase o no, siempre en su formación están constituidas de manera consciente y por la voluntad propia de sus integrantes, dejando de lado la individualidad mediante la desindividualización en base al grupo, desarrollando un muro protector que no se puede apreciar desde el “primer mundo” o sociedad en general, una lástima, ya que no hemos tenido la suerte de ser invitados.

1 comentario:

Secretario dijo...

Mira por donde, buscando a Maffesoli he acabado en el secreto. Hola, soy sociólogo y estoy preparando mi tesis doctoral sobre sociología del secreto.

Acabo de encontrar esta serie de blogs, que me pondré a enlazar y a leer con tranquilidad