miércoles, 15 de agosto de 2007

Okupas

Hace algunos días los noticiarios internacionales informaban de más de un centenar de heridos y doscientos detenidos en la ciudad de Copenhague como resultado de una manifestación realizada por más de ochocientos jóvenes no sólo de Dinamarca, sino que también venidos desde Alemania y Suecia para manifestarse en contra del desalojo de un edificio en el cual permanecían desde hace algún tiempo un grupo considerable de okupas.

En Europa y especialmente en España, el fenómeno de los okupas viene a darse a conocer a partir de los años ochenta, en donde grupos de jóvenes rebelándose en contra de lo establecido dentro de un sistema injusto, coercitivo y poco tolerante, se posicionaban de sitios o espacios físicos no habitados, para resolver sus problemas habitacionales y laborales.

En nuestro país el fenómeno de los okupas viene a irrumpir en la agenda pública partir de los años noventa, mediante la ocupación de ciertos espacios públicos en abandono, los cuales hasta ese momento eran verdaderos antros de delincuencia y drogadicción, sumados a problemas de salubridad. La transformación de dichas propiedades a diferencia de lo que ocurre en Europa son canalizadas en base la gestión social y cultural independiente, en base a propuestas de expresión cultural juvenil para la construcción de un espacio ciudadano que integre a la comunidad en general.

Sin embargo en la actualidad, estas comunidades autónomas como la gran mayoría de las tribus urbanas en nuestro país, son señaladas con el dedo de manera inquisidora sin conocer ni menos reconocer el accionar de sus integrantes. "La marraqueta" y "San Ignacio" en la capital, son algunas de las comunidades okupas que han sido erradicadas en el último tiempo del espacio físico que ocupaban, mediante acusaciones tan imprecisas, como que esta última fuese una "fábrica de bombas", algo que solo causó conmoción pública sin encontrar responsables al respecto después de una larga investigación.

Ya sea por su manera de vestir, pensar o expresarse en libertad, estos grupos son constantemente estigmatizados o rotulados como nocivos para la sociedad, sin considerar que ellos construyen vínculos sociales de manera diferente pero más integrales que incluso al interior de las propias familias de los que los critican.

Publicación para el diario La Estrella de Iquique, Chile.

Lo cierto es, que las casas okupa dan cabida gratuitamente al aprendizaje y difusión de diversas disciplinas artísticas. Son lugares en los que se pueden encontrar talleres, cursos, reuniones, eventos, debates y algunas publicaciones periódicas, todo esto sirviendo como fuente popular y autónoma de hacer cultura alternativa, especialmente dirigida a personas que no tienen posibilidad alguna de acceder a la cultura oficialista.

De esta forma, la lucha constante de los okupa por acceder a un espacio físico en donde poder manifestarse comunitariamente, nos señala la importancia de poner el acento en el olvidado carácter comunitario de la vida social de la cual todos somos partícipes.

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