domingo, 19 de agosto de 2007

Mitos urbanos

Publicación en el diario La Estrella de Iquique, Chile.

El mito entendido como aquella creencia, mezcla entre fantasía y realidad en torno a una persona, grupo, lugar, comunidad e incluso a ciertos alimentos, es una de las evocaciones fruto de la tradición oral, más significativas y antiguas tanto en nuestra sociedad como en el Oriente.

Con el transcurso del tiempo, particularmente los denominados Mitos Urbanos han solido permanecer, reconstruir y reproducirse, cristalizándose en el inconsciente colectivo de los pueblos sin perder aquel ingrediente interesante, que representa conocer, interpretar, reinventar, pero sobre todo concebir ciertas leyendas que pueden ser popularizadas en cualquier momento.

El sur de Chile, especialmente la ciudad de Chiloe se caracteriza por contener innumerables mitos, los cuales componen el cuerpo grueso de la Mitología Chilota. Encabezada por el mito del Caleuche, embarcación fantasma que navega por los mares de la zona; la Pincoya, aquella mujer de cabellos dorados que advierte la abundancia o no del recurso marino; o el clásico Trauco, de aspecto deleznable y pequeño de estatura, el cual fecunda a jóvenes mujeres de la zona.

Aunque no solo esta zona de nuestro país ha logrado construir ciertas representaciones simbólicas como las señaladas anteriormente, Chiloe en particular se ha caracterizado a nivel internacional por mantener en el imaginario colectivo, la casi incuestionable credibilidad de muchas de estas leyendas, de las cuales nunca se sabrá su origen.

La rubia de Kennedy, una joven y atractiva mujer, la cual hacía dedo a los automovilistas por las noches en Avenida Kennedy ha sido uno de los mitos urbanos más característicos de la capital. Particularmente en Iquique, el “anima de la patita”, “la guagua que nació hablando”, “el hombre siniestro con sobrero de copa y dientes de oro”, “la novia” o el inolvidable “viejo del saco”, son algunos de los mitos urbanos que se han popularizado y han pasado de generación en generación casi con una misma estructura. Los mitos en torno al origen de la tirana, de la pampa salitrera o más aún en torno a la escuela Santa María, son algunos de los más interesantes de ser abordados y estudiados a la luz del relato de un sinnúmero de actores significativos.

Sin embargo, aunque hemos señalado algunos mitos alusivos a lo oscuro o tenebroso, no solamente existen mitos urbanos relativos a esta dimensión, ya que también estos transitan cotidianamente en torno a algunos artistas del pasado como Elvis Presley, del cual se dice no estaría muerto, o aquel de Bruce lee, el cual se cuenta sorteaba las con facilidad las balas. También casos anecdóticos, faranduleros, en torno a la opción sexual de ciertos personajes públicos, el poder afrodisíaco de ciertos ingredientes, o del contagio del el sida por ciertas personas en venganza de su propio contagio, son algunos de los mitos urbanos más comunes en la actualidad.

De esta forma, hablar de mito es hablar de una tradición histórica que se encuentra incrustada en la esfera sociocultural de nuestros pueblos, donde lo imaginario resulta de la necesidad de reafirmar y perpetuar en la memoria colectiva, ciertas “realidades alternativas” compartidas y llenas de significación, las cuales deben ser revalorizadas como fuentes vivenciales de experiencias cotidianas.

sábado, 18 de agosto de 2007

La bohemia

Para la mitología griega, Dionisio, Dionisos o también llamado Baco, es el primogénito de Zeus y de la mortal Sémele. Este personaje va a representar al dios del vino y del exceso, pero por otra parte, también va a ser considerado promotor de la civilización, legislador y amante de la paz, así como dios protector de la agricultura, del teatro y de la música. A razón de esto, Dionisio va a encarnar popularmente la emoción y el caos. Estas características contrastan con las de su hermano Apolo, dios del sol o de la luz, que representa la armonía, el orden y la razón.

Así, la figura de Dionisio tal como se perfila en nuestra civili­zación, no es sencilla; contiene diferentes matices de conflicto, desborde y sensibilidad. En consecuencia, esta orientación para la comprehensión de la sociedad en su heterogeneidad, se la puede denominar con el nombre de “saber dionisiaco”.

Esta “nueva” visión del mundo, es un saber con la capacidad de conocer, comprender y considerar la incertidumbre, el azar, el desorden, la efervescencia, lo trágico y lo no racional como algo válido y no menos llano.

Su amplitud y diversidad en el acto de conocer, vivir y coexistir, podemos encontrarla principalmente en la bohemia juvenil. Ciertamente la juventud, parece manejar y asociarse con mayor holgura ha dicho saber dionisiaco, sobre todo en lo que respecta al intercambio simbólico y la construcción de relaciones interpersonales.

El desenfreno y desborde muchas veces apreciado en la juventud, de la cual muchos de nosotros hemos sido parte alguna vez, parece ser incomprendida por completo desde el mundo adultocéntrico.

No es ningún secreto que el mundo ha cambiado y con este la juventud. Pero debemos tener en cuenta la responsabilidad por parte de nosotros en los nuevos modos de vida que han incorporado las nuevas generaciones.

En definitiva, para comprender esto, debemos tener presente como señalábamos anteriormente, un saber dionisiaco que incorpore por parte nuestra, mas allá de la invisivilización o de la estigmatización de la juventud, una nueva sensibilidad intelectual, necesaria para la comprensión de lo incontrolable e imprevisible de la vida social de las nuevas generaciones, lo cual sirva para la construcción de un nuevo “encantamiento del mundo” que relacione mejor y transversalmente a ambas generaciones.

En definitiva, para comprender esto, debemos tener presente como señalábamos anteriormente, un saber dionisiaco que incorpore por parte nuestra, mas allá de la invisivilización o de la estigmatización de la juventud, una nueva sensibilidad intelectual, necesaria para la comprensión de lo incontrolable e imprevisible de la vida social de las nuevas generaciones, lo cual sirva para la construcción de un nuevo “encantamiento del mundo” que relacione mejor y transversalmente a ambas generaciones.

Sociedades secretas

Reflexionar en torno al secreto y las sociedades secretas es algo muy apasionante. Saber con quién se está interactuando, es la primera condición para tener una conversación algo prolongada, lo cual reafirma nuestra seguridad ontológica respecto al entorno social inmediato, aunque en la práctica, nunca se pueda conocer al otro fielmente, respecto de sus pensamien­tos y emociones.

De esta forma, el secreto se caracteriza por poseer un alto contenido social, el cual va a concebirse especial y más subterráneamente, en las ya célebres y conocidas, aunque superficialmente por todos, sociedades secretas.

El interés por conocer las sociedades secretas en su entramado, se explica, ya que desde siempre lo desconocido sumado a lo prohibido ha sido de un atractivo para el hombre. Sin embargo, más allá de lo contradictorio que conocemos respecto de las sociedades secretas, estas se caracterizan por construir y manejar con alta fluidez una extensa gama de símbolos y lenguajes comunicativos, reciprocidad y confianza, lo cual cristaliza una sociabilidad casi familiar entre sus integrantes, la cual es desconocida por muchos. Al interior de estas, las relaciones van construyéndose sobre la base de un saber mutuo, en donde unos saben algo de los otros, ya sea en su actuar trasgresor, a la hora de un ritual o personalmente, respecto a su intimidad individual o familiar.

Muchos grupos, ya sea fraternidades, mafias, pandillas o tribus urbanas pueden ser consideradas como sociedades secretas.

Entre las más destacadas sociedades secretas, aunque de disímil finalidad, conformación y accionar, podemos encontrar a la mafia siciliana de Chicago de los años veinte y treinta con Al Capone a la cabeza. Á diferencia de este grupo en particular, aunque no son recientes, hoy por hoy, podemos identificar al opus dei y a la masonería, en el cual sus miembros no están ocul­tos, sino que permanece oculta su finalidad como sociedad secreta y sus prácticas cotidianas. Por lo demás, para estos últimos el secreto ha servido intencional e inteligentemente como enganche de “publicidad” para posteriores averiguaciones y divulgación respecto de las mismas.

Por lo demás, las denominadas tribus urbanas igualmente contienen en su engranaje el secreto como un elemento de suma relevancia, esto a razón de la construcción de un “segundo mundo” o “imaginario subterráneo” el cual se caracteriza por el apartamiento de las reglas acatadas por la generalidad, realización de rituales y pactos de honor, algo invisible e incomprensible sobre todo para aquellos que no quieren ver ni interiorizarse en la “armonía conflictiva” de dichas tribus.

De esta forma para muchos, las sociedades secretas, irracionales, místicas, sentimentales, violentas o como se les quiera catalogar, quiérase o no, siempre en su formación están constituidas de manera consciente y por la voluntad propia de sus integrantes, dejando de lado la individualidad mediante la desindividualización en base al grupo, desarrollando un muro protector que no se puede apreciar desde el “primer mundo” o sociedad en general, una lástima, ya que no hemos tenido la suerte de ser invitados.

viernes, 17 de agosto de 2007

Sectas

El revuelo causado por el hallazgo del cuerpo sin vida de una joven profesora de danza, quedado en evidencia tras su exhumación al interior de una parcela en Pirque (Chle), viene a poner en el tapete la existencia y articulación de las denominadas Sectas a lo largo de nuestro país. Si bien el fenómeno sociológico de las sectas no es nada nuevo, la casi nula información al respecto parece confirmar su verdadera condición de sociedades secretas. Muchos grupos, ya sea las mafias, pandillas, tribus urbanas, entre otras, pueden ser consideradas también como sociedades secretas.

No obstante, las sectas en particular, pueden ser definidas a grandes rasgos como aquellas agrupaciones de personas que se reúnen con la finalidad de encontrar un valor existencial a sus vidas, se aíslan voluntariamente y radicalmente de la vertiginosidad de la vida cotidiana, se desprenden y rechazan lo material y el consumismo de una vida pasada, van contra lo establecido, imponiendo sus propias reglas y normas mediante la subordinación a escala jerárquica desde la obediencia y incondicionalidad a un líder casi “sobrenatural”.

Por lo demás, siguen una doctrina o ideología la cual de manera ortodoxa la creen únicamente válida y sinónimo de verdad. En sus prácticas cotidianas son adoctrinados desde un principio y utilizan el ritualismo como prueba de fidelidad, adoptan el secreto contra la intromisión desde el “mundo exterior”, sus vínculos son construidos a través de la socialidad a manera de familia renegando de sus parientes directos y se autogestionan o autofinancian para suplir sus necesidades básicas.

De esta forma, el asombro e interés por conocer el “imaginario subterráneo” al interior de las denominadas sectas, es explicable, debido a que siempre lo desconocido sumado a lo prohibido ha sido un atractivo para el hombre. Sin embargo, más allá del ostracismo y lo contradictorio que hemos podido conocer respecto a estas sociedades secretas, también es necesario señalar que las sectas; irracionales, místicas, sentimentales, violentas o como se les quiera catalogar, quiérase o no, siempre en su formación están constituidas de manera consciente y por la voluntad propia de sus integrantes, dejando de lado la individualidad mediante la desindividualización en base al grupo, la construcción y manejo con alta fluidez de una extensa gama de símbolos y lenguajes comunicativos, reciprocidad, confianza y un saber mutuo entre sus integrantes, lo cual es desconocido por muchos de nosotros, debido a la creación de una muralla protectora por intermedio del secreto que no les permite ser percibidos en su construcción “atípica”o sui generis de pequeña comunidad desde el “primer mundo”.

Expresión graffiti

Publicación para el diario La Estrela de Iquique, Chile.

La semana pasada, enfatizábamos en la importancia y la “necesidad” de interiorizarnos en profundidad en el constructo cotidiano y mecanismos de proximidad al interior de las tribus urbano juveniles.

Precisamente, una de las expresiones que hace más visible a ciertas tribus -especialmente hip- hop- y nos señala el origen de aquel ímpetu invisible al interior de dichos grupos, va a ser representado en las calles de nuestra ciudad, a través de los denominados graffiti.

El graffiti como acto de creatividad y comunicación del ser humano no es nada nuevo. Su origen se remonta a periodos arcaicos, en donde cerros, cuevas, paredes y rocas, servían para expresar inquietudes y modo de vida de los habitantes de ciertos lugares.

Sin embargo, con el transcurso de los siglos, esta expresión a cobrado otro cariz, esta vez, no en el ámbito rupestre sino en el seno de las grandes ciudades, pudiendo ser considerados como verdaderos “geoglifos urbanos” de un alto contenido simbólico.

De esta forma, mediante el graffiti, los tags (firmas personales o grupales) y los stencil, ya sea en base a dibujos, colores, formas o símbolos indescifrables para muchos de nosotros. La juventud actual busca plasmar en las murallas de la ciudad, aquel descontento, pertenencia territorial o simplemente notoriedad social, respecto de un mundo que se les presenta nuevo, abierto a sus propias experiencias.

Aunque la ciudad y sus símbolos, son inseparables el uno del otro, al menos cuatro posibles opiniones nos señalan aquella tensión respecto a este arte callejero y la ciudadanía en general.

Primeramente, pueden ser vistos desde el rechazo categórico por parte del ciudadano contrario a la intervención del patrimonio propio o cultural. Pueden pasar inadvertidos o ignorados por los transeúntes en general. Además, pueden ser considerados como pintorescos o de mal gusto, aunque sin entender su contenido. Por último, pueden ser contemplados y comprendidos a cabalidad, desde la mirada de los “expertos” mayoritariamente jóvenes, los cuales se relacionan directa o indirectamente con este tipo de expresión.

Señalado lo anterior, la carencia de espacios de sociabilidad habilitados para esta y otras expresiones artístico juveniles, nos señalan la necesidad de la puesta en marcha de iniciativas tanto públicas como privadas, lo cuales favorezcan a su regulación y a la vez a su desarrollo por intermedio de iniciativas creativas. Algo que hemos podido apreciar, el día jueves pasado en la ciudad de Santiago, donde cinco estaciones del metro, molestos de ser “victimas” del rayado de ciertos grupos, tomaron como iniciativa y en consideración el trabajo de algunos graffiteros para la creación artística y decorativa de dichas estaciones, lo cual de manera inteligente, pudo integrar a la juventud y a la ciudadanía en general, evitando el rayado indiscriminado de los muros del metrotren. Un ejemplo a seguir desde la mirada local, considerando que nuestra ciudad, tiene calles como Baquedano, invaluable como patrimonio cultural, el cual es intervenido en reiteradas ocasiones por ciertos grupos de jóvenes, dejando un resquemor tanto para los turistas como para el iquiqueño tradicional.

jueves, 16 de agosto de 2007

Cibersocialidad

Publicación para el diario La Estrella de Iquique, Chile.

Que la interacción cara a cara es la única herramienta valida para la construcción de vínculos sociales e interpersonales, es por decirlo menos discutible. Hoy por hoy, la nueva forma de intercambio simbólico y de construcción de relaciones interpersonales dentro de ciertos grupos especialmente de la juventud, va a ser designada con el nombre de "socialidad". Esta socialidad emerge desde un nuevo mundo compartido y construido por sus miembros en base a imaginarios colectivos, con fuertes implicaciones intersubjetivas, ideológicas, estéticas e identitarias.

Así, esta nueva socialidad es configurada al ritmo de los nuevos tiempos, considerando todas las herramientas de comunicación e interacción como plausibles. Respecto de esto, una de las herramientas más cuestionadas y a la vez más utilizadas para poder comunicarnos unos con otros y a la vez informarnos de la actualidad en general, es la famosa red tecnológica y conocida por todos como Internet.

Se estima que dos de cada tres chilenos utilizan periódicamente dicha red, ya sea en sus hogares, lugares de trabajos, colegios, universidades, ciber o quien sabe donde. Dicha herramienta tecnológica se expandido en los últimos diez años a casi todos los rincones de nuestro país incluyendo las localidades rurales, las cuales hasta hace muy poco no tenían acceso para navegar en dicho espacio virtual.

Foros de discusión, chat de conversación, mensajes vía e-mail, charlas y más, son algunas de las herramientas puestas al servicio de la ciudadanía en general sin importar su credo religioso, edad, género, etnia o clase social. Especialmente las denominadas comunidades virtuales quiérase o no, rompen con las antiguas formas de comunidad, favoreciendo en cierta medida a la construcción de una cibersocialidad donde la experiencia en el otro se realiza a distancia.

No obstante, no debemos desconocer que la red también se ha prestado para los más oscuros propósitos, dentro de la amplia y disímil "plasticidad neuronal" online.

Criticada por retractores que apelan al enfriamiento y poca consistencia en la construcción de las relaciones interpersonales; Internet como medio moderno de comunicación se ha convertido en los en el últimas décadas en un nuevo "espacio de socialidad virtual", la cual no nos deja de sorprender cada día, con la aparición de softwares que tratan de simular vía sonidos e imágenes la tradicional interacción cara a cara.

En conclusión, el anclaje espacial entre un individuo y otro para el establecimiento de relaciones interpersonales mediante la copresencia, es decir, el contacto inmediato entre individuos que están físicamente presentes, se ha transformado, aunque no ha sido desplazado por esta nueva modalidad de interacción online. Sin embargo, es necesario tomar en consideración y con seriedad esta nueva cibersocialidad, sobre todo si pensamos que es una nueva modalidad de interacción, de la cual son nuestros propios hijos los que encabezan su propagación.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Okupas

Hace algunos días los noticiarios internacionales informaban de más de un centenar de heridos y doscientos detenidos en la ciudad de Copenhague como resultado de una manifestación realizada por más de ochocientos jóvenes no sólo de Dinamarca, sino que también venidos desde Alemania y Suecia para manifestarse en contra del desalojo de un edificio en el cual permanecían desde hace algún tiempo un grupo considerable de okupas.

En Europa y especialmente en España, el fenómeno de los okupas viene a darse a conocer a partir de los años ochenta, en donde grupos de jóvenes rebelándose en contra de lo establecido dentro de un sistema injusto, coercitivo y poco tolerante, se posicionaban de sitios o espacios físicos no habitados, para resolver sus problemas habitacionales y laborales.

En nuestro país el fenómeno de los okupas viene a irrumpir en la agenda pública partir de los años noventa, mediante la ocupación de ciertos espacios públicos en abandono, los cuales hasta ese momento eran verdaderos antros de delincuencia y drogadicción, sumados a problemas de salubridad. La transformación de dichas propiedades a diferencia de lo que ocurre en Europa son canalizadas en base la gestión social y cultural independiente, en base a propuestas de expresión cultural juvenil para la construcción de un espacio ciudadano que integre a la comunidad en general.

Sin embargo en la actualidad, estas comunidades autónomas como la gran mayoría de las tribus urbanas en nuestro país, son señaladas con el dedo de manera inquisidora sin conocer ni menos reconocer el accionar de sus integrantes. "La marraqueta" y "San Ignacio" en la capital, son algunas de las comunidades okupas que han sido erradicadas en el último tiempo del espacio físico que ocupaban, mediante acusaciones tan imprecisas, como que esta última fuese una "fábrica de bombas", algo que solo causó conmoción pública sin encontrar responsables al respecto después de una larga investigación.

Ya sea por su manera de vestir, pensar o expresarse en libertad, estos grupos son constantemente estigmatizados o rotulados como nocivos para la sociedad, sin considerar que ellos construyen vínculos sociales de manera diferente pero más integrales que incluso al interior de las propias familias de los que los critican.

Publicación para el diario La Estrella de Iquique, Chile.

Lo cierto es, que las casas okupa dan cabida gratuitamente al aprendizaje y difusión de diversas disciplinas artísticas. Son lugares en los que se pueden encontrar talleres, cursos, reuniones, eventos, debates y algunas publicaciones periódicas, todo esto sirviendo como fuente popular y autónoma de hacer cultura alternativa, especialmente dirigida a personas que no tienen posibilidad alguna de acceder a la cultura oficialista.

De esta forma, la lucha constante de los okupa por acceder a un espacio físico en donde poder manifestarse comunitariamente, nos señala la importancia de poner el acento en el olvidado carácter comunitario de la vida social de la cual todos somos partícipes.

martes, 14 de agosto de 2007

El Tatuaje

Publicación para el diario La Estrella de Iquique, Chile.

El tatuaje, conocido comúnmente como la decoración o grabado de la piel tanto en mujeres como en hombres mediante la utilización de agujas y pigmentos, contrariamente a lo que se puede pensar, tiene un origen cultural milenario.

La expresión tatuaje, irezumi en japonés o en inglés tattoo, proviene del polinesio tátau, que significa marcar o golpear en dos ocasiones. Algo acorde con la acción de tatuar la piel, aunque precisamente no se ejecute en dos, sino un sinnúmero de veces.

Religioso, terapéutico, intimidatorio, de protección mágica o de fertilidad, son algunas de las significaciones que se les ha asignado al tatuaje en ciertas tribus como los beduinos, beréberes y nubios, los que aún utilizan a manera de ritual estas prácticas tanto en recién nacidos como en adultos.

Esto nos va a demostrar que el tatuaje en el seno de una cultura o tribu que corresponda, va a otorgar un valor agregado a quien lo exhibe, así como status y un significado muy particular dependiendo de la sociedad a la cual represente.

Marineros estigmatizados como agresivos y presidiarios, fueron los pioneros en el siglo veinte en utilizar diversos diseños y motivos de tatuajes tanto en Europa como en América.

Esto significó que el tatuaje estuviera por largo tiempo asociado a la marginalidad y la desviación social. Sin embargo, hoy por hoy lo cierto es que el tatuaje continúa indiscutiblemente ligado a la percepción social del cuerpo, ya que este representa algo que quiere darse a conocer y ser reconocido según sea el la localización o tipo de tatuaje.

Ciertamente, el tatuaje ha trascendido con el pasar del tiempo, el plano religioso, las clases sociales y el género, transformándose desde lo reservado exclusivamente para unos pocos, hasta una expresión más masiva asociada a la juventud.

Particularmente en nuestro país, el tatuaje es algo que se realiza mayoritariamente en un rango de edad que fluctúa entre los dieciocho (aunque menores de edad también se realizan sin el consentimiento de sus padres) y los veintitrés años de edad.

El "ritual moderno" de ser tatuado tolerando en buena forma el dolor, parece activar ciertos mecanismos de pertenencia en jóvenes -aunque no exclusivamente- de ciertas tribus urbanas, destinado a mitigar aquella incesante búsqueda de identidad y reconocimiento social.

Sin embargo, para los más divergentes, esta expresión a través del grabado consensuado del cuerpo, es visto como una autoflagelación carente de sentido, especialmente en el caso de los jóvenes, ya que pasada una edad, al tomar conciencia de este acto, sufren un profundo arrepentimiento.

En conclusión, es importante conocer, comprender y reconocer que el tatuaje se ha transformado en una expresión corporal en los jóvenes de hoy en día, los cuales utilizan sus propios cuerpos como verdaderos lienzos expuestos para los demás.

Al igual que los graffiti callejero, el tatuaje debe ser investigado de manera seria, debido a que representa una verdadera cartografía para la comprensión de la "armonía conflictiva" de la juventud actual.

domingo, 12 de agosto de 2007

Tribus urbanas

Hoy en día, bajo una cultura progresivamente individualista, donde el dinero define a las personas mucho más que sus conocimientos intelectuales o sus virtudes éticas y morales, emerge un fenómeno fundamentalmente dado a conocer en América Latina, desde mediados de la década de los noventa, el cual se ha denominado sugerentemente con el nombre de Tribus Urbanas.

Sin embargo, para poder comprender la complejidad y leer la lógica de dicho fenómeno, debemos remitirnos a la noción de tribu, la cual ha constituido una de las expresiones más antiguas del mundo, siendo empleada según dos enfoques, primeramente para distinguir un tipo de sociedad de otra, o un modo de organización social diferenciado de otra organización de la sociedad, banda o Estado. O también, como grupo autónomo, social y políticamente de extensión definida, de homogeneidad cultural y organización social unificada, que habita en un territorio que le pertenece.

Por su parte, lo urbano, suele revestirse como una de las características propias de la vida centrada en las ciudades contemporáneas, las cuales como nuevos centros productivos, comerciales y residenciales metropolitanos, suelen encontrarse marcadas por la complejidad, el individualismo y la hostilidad.

Referente a lo anterior, podemos indicar que las denominadas Tribus Urbanas logran remontarnos a aquellas "comunidades arcaicas" desplazadas con el acontecer de la modernidad, las cuales concretamente pueden ser definidas como, nuevas formas de agrupación mayoritariamente juveniles, que se reúnen de manera voluntaria a modo de "familia alternativa", en torno a ciertas afinidades, looks, estilos, ideologías y referentes comunes.

Por lo demás, van en contra de reglas y normas establecidas por el establishment y contra el individualismo cada vez más progresivo, se expresan en libertad y de manera autónoma como grupo, tienen la capacidad de construir imaginarios subterráneos en base al secreto grupal y viven experiencias extremas mediante la efervescencia colectiva, entre muchas otras características que varían según sea el grupo.

Grupos de barristas, punkies, anarquistas, skinhead y sharp, son algunas de las tribus más conocidas y a la vez más estigmatizadas en nuestro país, esto a razón de que han sido dadas a conocer a la luz pública, sustentando el anverso displicente, anómico y sobre todo de violencia de dichos grupos juveniles, sin escatimar en comprender en profundidad, aquellos mecanismos de proximidad y el fuerte vínculo interior que los incita a "vivir en banda".

En conclusión, podemos decir que el fenómeno de las Tribus Urbanas, quiérase o no, brota ante nuestros ojos como nuevos modos de vida, donde sus integrantes logran encontrar en el grupo a diferencia de sus propias familias, lugares de trabajo o estudio, fuertes implicaciones emocionales y sentido de pertenencia.

Estas agrupaciones representan así, más allá de la negatividad de sus acciones, un llamado de atención a la sociedad en general y sobre todo a la familia contemporánea, de la existencia de un fenómeno cada día más común dentro de un mundo imperfecto, el cual, se presenta como un desafío para abordar y comprender en lo profundo, eso sí, antes que todo, haciendo un mea culpa, de la responsabilidad para el surgimiento de dicho fenómeno, desde el mundo adultocéntrico.

viernes, 10 de agosto de 2007

Sectas

El revuelo causado por el hallazgo del cuerpo sin vida de una joven profesora de danza, quedado en evidencia tras su exhumación al interior de una parcela en Pirque (Chile), viene a poner en el tapete la existencia y articulación de las denominadas Sectas a lo largo de nuestro país. Si bien el fenómeno sociológico de las sectas no es nada nuevo, la casi nula información al respecto parece confirmar su verdadera condición de sociedades secretas. Muchos grupos, ya sea las mafias, pandillas, tribus urbanas, entre otras, pueden ser consideradas también como sociedades secretas.

No obstante, las sectas en particular, pueden ser definidas a grandes rasgos como aquellas agrupaciones de personas que se reúnen con la finalidad de encontrar un valor existencial a sus vidas, se aíslan voluntariamente y radicalmente de la vertiginosidad de la vida cotidiana, se desprenden y rechazan lo material y el consumismo de una vida pasada, van contra lo establecido, imponiendo sus propias reglas y normas mediante la subordinación a escala jerárquica desde la obediencia y incondicionalidad a un líder casi “sobrenatural”.

Por lo demás, siguen una doctrina o ideología la cual de manera ortodoxa la creen únicamente válida y sinónimo de verdad. En sus prácticas cotidianas son adoctrinados desde un principio y utilizan el ritualismo como prueba de fidelidad, adoptan el secreto contra la intromisión desde el “mundo exterior”, sus vínculos son construidos a través de la socialidad a manera de familia renegando de sus parientes directos y se autogestionan o autofinancian para suplir sus necesidades básicas.

De esta forma, el asombro e interés por conocer el “imaginario subterráneo” al interior de las denominadas sectas, es explicable, debido a que siempre lo desconocido sumado a lo prohibido ha sido un atractivo para el hombre. Sin embargo, más allá del ostracismo y lo contradictorio que hemos podido conocer respecto a estas sociedades secretas, también es necesario señalar que las sectas; irracionales, místicas, sentimentales, violentas o como se les quiera catalogar, quiérase o no, siempre en su formación están constituidas de manera consciente y por la voluntad propia de sus integrantes, dejando de lado la individualidad mediante la desindividualización en base al grupo, la construcción y manejo con alta fluidez de una extensa gama de símbolos y lenguajes comunicativos, reciprocidad, confianza y un saber mutuo entre sus integrantes, lo cual es desconocido por muchos de nosotros, debido a la creación de una muralla protectora por intermedio del secreto que no les permite ser percibidos en su construcción “atípica”o sui generis de pequeña comunidad desde el “primer mundo”.

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miércoles, 8 de agosto de 2007

Tribus urbanas

Hoy en día, bajo una cultura progresivamente individualista, donde el dinero define a las personas mucho más que sus conocimientos intelectuales o sus virtudes éticas y morales, emerge un fenómeno fundamentalmente dado a conocer en América Latina, desde mediados de la década de los noventa, el cual se ha denominado sugerentemente con el nombre de Tribus Urbanas.

Sin embargo, para poder comprender la complejidad y leer la lógica de dicho fenómeno, debemos remitirnos a la noción de tribu, la cual ha constituido una de las expresiones más antiguas del mundo, siendo empleada según dos enfoques, primeramente para distinguir un tipo de sociedad de otra, o un modo de organización social diferenciado de otra organización de la sociedad, banda o Estado. O también, como grupo autónomo, social y políticamente de extensión definida, de homogeneidad cultural y organización social unificada, que habita en un territorio que le pertenece.

Por su parte, lo urbano, suele revestirse como una de las características propias de la vida centrada en las ciudades contemporáneas, las cuales como nuevos centros productivos, comerciales y residenciales metropolitanos, suelen encontrarse marcadas por la complejidad, el individualismo y la hostilidad.

Referente a lo anterior, podemos indicar que las denominadas Tribus Urbanas logran remontarnos a aquellas "comunidades arcaicas" desplazadas con el acontecer de la modernidad, las cuales concretamente pueden ser definidas como, nuevas formas de agrupación mayoritariamente juveniles, que se reúnen de manera voluntaria a modo de "familia alternativa", en torno a ciertas afinidades, looks, estilos, ideologías y referentes comunes.

Por lo demás, van en contra de reglas y normas establecidas por el establishment y contra el individualismo cada vez más progresivo, se expresan en libertad y de manera autónoma como grupo, tienen la capacidad de construir imaginarios subterráneos en base al secreto grupal y viven experiencias extremas mediante la efervescencia colectiva, entre muchas otras características que varían según sea el grupo.

Grupos de barristas, punkies, anarquistas, skinhead y sharp, son algunas de las tribus más conocidas y a la vez más estigmatizadas en nuestro país, esto a razón de que han sido dadas a conocer a la luz pública, sustentando el anverso displicente, anómico y sobre todo de violencia de dichos grupos juveniles, sin escatimar en comprender en profundidad, aquellos mecanismos de proximidad y el fuerte vínculo interior que los incita a "vivir en banda".

En conclusión, podemos decir que el fenómeno de las Tribus Urbanas, quiérase o no, brota ante nuestros ojos como nuevos modos de vida, donde sus integrantes logran encontrar en el grupo a diferencia de sus propias familias, lugares de trabajo o estudio, fuertes implicaciones emocionales y sentido de pertenencia.

Estas agrupaciones representan así, más allá de la negatividad de sus acciones, un llamado de atención a la sociedad en general y sobre todo a la familia contemporánea, de la existencia de un fenómeno cada día más común dentro de un mundo imperfecto, el cual, se presenta como un desafío para abordar y comprender en lo profundo, eso sí, antes que todo, haciendo un mea culpa, de la responsabilidad para el surgimiento de dicho fenómeno, desde el mundo adultocéntrico.